.

En ese momento, en qe todo lo percibía. Sublime satisfacción, dentro de cada intento sin conviccion recorría la vida en lamento. Cada semana derramaba, poco al cielo, mucho al suelo. Cada semana desarmaba, reubicaba y desorganizaba un sin fin de hormonas revueltas y sueltas que hacian de mi un ser de Ojos llenos de agua con sal y una sonrisa con ansias de ron. Cada semana le no-redactaba un penoso rogar al cielo. Pedíamos a gritos descansar sobre un dia como estos. Donde las sonrisas caminan contentas y los ojos reposan sobre ellas. Donde los miedos, tomaron valor. Donde las angustia era sólo una mala postura y las lagrimas un ardor de cebolla. Donde el eqilibrio es una constante un cotidiano hermoso instante. Donde cada semana el resutado mejora. Donde cada dias el horario es igual. Donde cada hora el cerebro produce. Donde cada minuto, es mas perfecto qe el anterior. Más exacto. Más rutinario. Más muerto. Más sensato. Menos loco. Menos sublime. Donde cada segundo estoy mucho más lejos de,

ese momento en qe todo lo percibía.